Buah, cómo nos lo pasamos en el festival de Sitges. De verdad, no te haces una idea de lo divertido que es. Si bien el de San Sebastián es un festival más snob, donde todo está súper controlado y deja poco espacio para la improvisación de entrevistas. Si no lo tienes todo organizado, te quedas sin ninguna. El festival de Sitges es otra cosa. Permite la improvisación, y por eso disfrutamos tanto. ¿Quién nos iba a decir que íbamos a hablar de tú a tú con directores de la talla de Christophe Gans (El pacto de los lobos, Crying Freeman) y Fred Decker (Robocop 3, Una pandilla alucinante)? Pues eso y mucho más te ofrece este festival.
Pero no te creas que todo ha sido vino y rosas. No. También hemos tenido mala suerte. Nos robaron dos objetivos de cámara mientras hacíamos una entrevista. Si te gusta la fotografía, ya sabrás lo que cuestan. Pero bueno, son cosas que pasan y no cambia para nada el hecho de que el año que viene repetimos.
Hoy la newsletter va a ser un poco distinta, porque las recomendaciones van a ser de las pelis que vimos en Sitges. Sí, es una putada, porque igual muchas no se estrenan de inmediato. Pero no te preocupes, al menos ya las tendrás en el radar. Piensa que este tipo de pelis no tienen grandes estrenos, y si nadie te habla de ellas, fijo que te las pierdes. Así que alegra esa cara, que muchas de las que te traigo llevan un precioso 8.
Vamos al lío.
¡Ah! Y si te gusta lo qué hacemos, recomiéndanos, que no cuesta nada.
Maldoror (Película)
¿Qué pasa si juntas Asesinato en 8mm con Seven? Maldoror es la respuesta. Basada en el caso real de Marc Dutroux, el infame criminal que raptó, violó y mató a cuatro niñas, la película nos presenta a Paul Chartier, interpretado por un sobresaliente Anthony Bajon. No se pronuncia como estás pensando. Es un apellido belga. Sería algo como ‘Baxon’.
Bajon, conocido por su estilo interpretativo naturalista, se luce al combinar su intensidad juvenil (solo tiene 30 años) con una vulnerabilidad cruda, sin caer en exageraciones. Hay un plano de sus ojos, mirando un VHS de algo muy turbio, que te queda grabado en la retina.
La trama sigue a Chartier obsesionado por salvar a las niñas y hacer justicia en un entorno opresivo. El estilo Fincher se hace notar, manteniéndote en tensión durante gran parte de la película, mientras que la fotografía saturada aporta la oscuridad perfecta para el tono.
Fabrice Du Welch (director) a veces se pierde en tratando de describir el contexto de los personajes, algo que muchas veces no es necesario. Él mismo admitió en Sitges, que se centró en qué haría un hombre honrado en una sociedad sin justicia.
La película dura 3 horas, pero le sobran 40 minutos (por lo de no sintetizar a los personajes). La escena de la boda, por ejemplo, no aporta nada. Pero el último tercio es otra historia: ahí es cuando todo empieza a torcerse y los actores se lucen de verdad.
Sergi López, como siempre, clava el papel de villano. Su toque de cinismo y elocuencia es impecable, creando un personaje lleno de matices con apenas 3 o 4 frases en toda la película. Su presencia es hipnótica.
Y no puedo olvidar la banda sonora. No te grita en la cara, sino que se filtra bajo tu piel, haciéndola aún más efectiva. No busca protagonismo, sino reforzar el ambiente y las emociones. El silbido que suena de vez en cuando se te quedará pegado en la mente. Te aviso.
¿Y si te preguntas cuánta gente abandonó la sala? Nadie. Le pongo un 8. Tendría más nota si no fuera tan larga. De hecho, su hora y media final es un 10 rotundo.
Se estrenará en cines en 2025, pero no se ha dicho aún nada de la fecha. De hecho aún no tiene trailer la película.
Don´t feed the children (Película)
¿Qué pasaría si mezclas Los Goonies con The Walking Dead y Misery? Pues tienes Don’t Feed the Children.
La película arranca con un ritmo frenético desde el minuto uno, algo que siempre se agradece entre tanta película larga. Y es que su directora, Destry Allen Spielberg, es la hija del mismísimo rey Midas del cine: Spielberg.
La trama nos lleva a un mundo post-pandémico donde los adultos han sido diezmados, y solo los adolescentes parecen inmunes a esta enfermedad. No pierden tiempo en explicar demasiado sobre el virus porque la historia no va de eso. Aquí seguimos a una chica adolescente que sueña con cruzar el país para empezar una nueva vida, pero en su viaje se topa con la casa de una mujer sanguinaria con un pasado turbio.
Obviando la simpleza de la trama, me parece una locura que el rodaje de la película haya durado tan solo 18 días, viendo el resultado. En serio. Además, en el reparto está el gran Giancarlo Esposito, aunque no, esta vez no hace de villano. Es un thriller con varios giros, pero lo siento, Destry, algunos son bastante predecibles. Aun así, es un gusto verla, ya sea por los zombis o por esa tensión palpable que transmite Michelle Dockery, a quien seguro recuerdas de Downton Abbey.
Es una peli corta y al grano, no te vas a aburrir. Destry sabe muy bien cómo sacar lo mejor de este grupo de adolescentes.
¿Curiosidades? Cinco personas se salieron de la sala. Me sorprendió, la verdad. Pero, en definitiva, la película se lleva un 6.5. Cuando el ritmo y la historia van de la mano, el tiempo se te pasa volando.
Su estreno será en 2025, pero no hay fecha concretada todavía.
Mr. K (Película)
¿Qué pasaría si juntas Mother! con Amelie? Pues que obtienes Mr. K.
Si te gustan las películas que juegan con el límite entre lo absurdo y lo siniestro. Es una de esas historias que te hacen preguntarte si deberías reírte o estar inquieto.
Mr. K es una película de 2024 dirigida por Tallulah H. Schwab, protagonizada por el excéntrico Crispin Glover. La trama sigue a Mr. K, un mago ambulante que, tras pasar la noche en un hotel, descubre que no puede salir de allí. Cada intento de encontrar una salida lo sumerge más en un laberinto de extrañas situaciones y personajes surrealistas. La película tiene un estilo kafkiano, donde la sensación de encierro y lo absurdo dominan la narrativa.
El tono visual de la película y su estética recuerdan a clásicos del cine europeo como El sanatorio de la clepsidra (1973), lo que crea una atmósfera onírica y desconcertante. Entre los personajes que Mr. K encuentra en su búsqueda están habitantes del hotel tan extraños como él, todos sumidos en su propio mundo de misterio. La película explora temas de aislamiento, burocracia absurda y la lucha contra fuerzas invisibles, lo que refuerza su comparación con las obras de Kafka.
Si te gustan las películas que desafían la lógica, llenas de simbolismos y visualmente inquietantes, Mr. K es una apuesta interesante.
Y si te estás preguntando si alguien se fue de la sala antes de tiempo, lo siento, pero nadie lo hizo.
Le pongo un 8, tanto por su ritmo como por lo divertida que es. Más pelis frescas como esta por favor.
Te dejo aquí abajo el trailer.
Por cierto. Hemos hecho un libro de curiosidades sobre cine que no puedes perderte. La verdad es que es una pasada. Imágenes a todo color, mogollón de pelis, recomendaciones, secretos del cine y Eddie Murphie, ¿Qué más quieres?.
Las Pelis que te ahorraremos ver
Dead Mail
¿Qué pasa si mezclas Fargo, Misery y Longlegs y lo haces mal? Pues que obtienes Dead Mail.
Basada en hechos reales, la película arranca bien: un secuestrado logra escaparse unos minutos, los suficientes para enviar la dirección de su cautiverio. El problema es que esa carta acaba en el "correo muerto", la sección donde van a parar las cartas con errores, sin sello o con direcciones incompletas. Ahí es donde entra Jasper, un crack que investiga estos casos hasta el final.
Hasta aquí, todo pinta bien, pero luego la cosa se va torciendo. La trama se dispersa entre diferentes puntos de vista, y si esto se hace bien, puede ser una pasada. Pero si no, como en este caso, se convierte en un coñazo. Encima, cuando a los 30 minutos ya sabes quién es el malo, la peli se hace más pesada que un lunes de resaca.
Eso sí, tiene sus momentos. Las interpelaciones directas funcionan, especialmente gracias al psicópata, interpretado por un tal John Fleck, que no conocía de nada pero que está brutal. La atmósfera es opresiva, de esas que te incomodan incluso con un plano detalle de alguien comiendo un helado.
Lo malo... El grano de la película está tan exagerado que parece que a Longlegs le hayan puesto un filtro Valencia de Instagram. Te cansas de verlo a la media hora. Y la banda sonora con sintetizadores, madre mía... el tema principal es tan repetitivo y agobiante que agradeces en el alma cuando llegan los créditos finales.
¿Y cuánta gente se ha pirado de la sala antes de que terminara la peli? Cinco. Se largaron a los 30 minutos.
En resumen: un 5 raspado.
Cloud
Cloud de Kiyoshi Kurosawa intenta navegar entre lo inquietante y lo filosófico, pero termina siendo un auténtico coñazo. La película, centrada en un revendedor de internet cuya vida se ve envuelta en circunstancias bizarras, parece apuntar a una crítica social sobre la vida digital y el capitalismo moderno, pero se queda en lo superficial. Las intenciones son claras, pero el desarrollo de los personajes y la trama es tan lento que no te consigue atrapar. Mirarás la hora muchas veces.
El problema central es la falta de una dirección clara: no es un thriller trepidante, ni un drama psicológico sólido, ni una reflexión profunda sobre las frustraciones modernas. Kurosawa parece haber optado por una narrativa que pretende ser "filosófica" y densa, pero el resultado es una historia dispersa que no sabe hacia dónde va. Yoshii, el protagonista, es interpretado con cierto brillo por Masaki Suda, pero su personaje, está muy poco definido, no logras conectar con él
Por otro lado, Cloud sí destaca en algunos aspectos técnicos. La dirección de arte y la fotografía mantienen el sello visual de Kurosawa, creando atmósferas incómodas y momentos de tensión latente. Pero esto no logra sostener una película que parece estar demasiado preocupada por ser "profunda" y olvida ser entretenida.
Al final, Cloud parece más un ejercicio académico de la licenciatura de audiovisuales que una experiencia cinematográfica per se.
Y si te preguntas cuanta gente abandono la sala de cine: 8 personas.
Le pongo un 4.5.
Y hasta aquí la newsletter de esta semana. Nos vemos la semana que viene y si no sabes que ver este finde, haz como yo y engánchate a Slow Horses (Apple TV). Me he tragado las 4 temporadas en dos semanas.
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