
Hola Batcuever,
Esta semana he tenido una especie de maratón involuntario.
Empecé viendo una cosa por curiosidad, salté a otra por nostalgia y acabé en un Garci de madrugada sin saber muy bien cómo.
Pero me ha encantado el recorrido.
Hay selvas animadas y reales, un experimento raro de Mike Flanagan que me dejó tocado, un clásico que ya no me parece tan redondo como creía y uno de los mejores retratos que se han hecho de Madrid en el cine.
No hay hilo conductor, pero sí una sensación: la de ver cómo el cine cambia contigo. Vamos allá.
Y, por supuesto, si te gustan estos contenidos, nos haces un favor compartiendo este post con tus conocidos. Así sabrán qué ver este finde.
Tarzán
Creo que llego tarde a esta película. Juro que no la había visto nunca entera, pero en mi cabeza estaba construida totalmente. O es que quizás haya ido viendo cosas sueltas y dé por hecho haberla visto. Tanto es así que me sabía hasta alguna de las canciones de Phil Collins.
No sé por qué el otro día me dio por pensar en ella, en el paralelismo con El libro de la selva, en qué había sido de la mona Chita y cosas así. Supongo que ese es el secreto de los vídeos que hago, que de vez en cuando reflexiono sobre estas chorradas y me surgen ideas.
La película está muy bien, las cosas como son. No soy muy fan del diseño de la cara del Tarzán adulto, siempre la he visto muy afilada, pero creo que la animación en general es de 10. Se echa de menos este tipo de animación en Disney, la verdad.
Lo que me ha sorprendido es que, a pesar de lo sencilla que es la historia, no resulta tonta. Tiene muy claro lo que quiere contar y lo hace sin hacerse pesada. También me mola que Tarzán (con voz de José Luis Gil) no hable tanto. Casi todo lo importante se transmite con gestos, con miradas, con cómo se mueve.
Y Clayton… bueno. De manual. Villano de los que son malos porque tienen que serlo. Y te olvidas pronto.
Las canciones de Phil Collins no me entusiasman mucho, aunque se currase cantarlas en todos los idiomas, pero reconozco que están bien metidas. No me saca que no las canten los personajes. Me funciona más como narración que como musical. Y eso, en Disney, no era lo habitual por aquella época.
No la pondría en mi top de pelis Disney, pero me ha hecho pensar. En lo que fue esa época, en cómo se hacían las cosas antes, en por qué todo ahora quiere ser más limpio y me parece más vacío. O todo es la fórmula Pixar del buenismo y quedabien tocapatatas que tanto me cansa. Supongo que es porque echo de menos el Disney de los 90.
La puedes ver en Disney+
La leyenda de Tarzán
Después de verme la de Tarzán animada, me ha venido a la cabeza aquella otra versión que salió años después… de acción real, con Alexander Skarsgard, Margot Robbie y Christoph Waltz. Recuerdo que la vi en su día y me dejó buen sabor de boca. Y oye, me sigue gustando.
Plantea muy bien el “qué pasó después”. Casi como Hook, que es una secuela que no solo funciona si ya conoces al personaje. Aquí propone una visión de Tarzán, más madura, más contenida, más física y, para mí, muy épica. No te repite toda la historia de cómo se crió entre gorilas. Eso ya lo conoces. Mola porque empieza y Tarzán es Lord Greystoke, vive en Londres, lleva traje, y habla con diplomáticos, pero aunque intenta encajar, vemos que no lo hace al 100% y lleva una máscara. La selva lo sigue llamando y los flashbacks van completando las piezas: su vínculo con los animales, su trauma, su amor por Jane.
No habla con los animales, ni bailan, ni cantan, ni sale Phil Collins. Pero aunque no hable con ellos, los entiende. Hay una conexión de él con la naturaleza, es como un espíritu, un fantasma en la jungla que está conectado.
Y bueno, no es perfecta. Tiene momentos, algún exceso digital, y el director a veces va con en piloto automático. Pero hay una buena idea detrás y bastante bien ejecutada. Creo que es de esas películas que pasa sin pena ni gloria y que considero un placer culpable. Me gusta
Puedes verla en Prime Video
La vida de Chuck
No sabía absolutamente nada de La vida de Chuck antes de verla. No había visto el tráiler ni leído sinopsis, y creo que eso fue lo mejor que me pudo pasar. Solo sabía que era de Mike Flanagan, el mismo que adaptó Doctor Sueño, y que salía Tom Hiddleston. Con eso me bastaba.
Flanagan ya me había ganado con Doctor Sueño, que me pareció una secuela muy digna de El resplandor. Tenía momentos de terror, aventura y homenaje a Kubrick que funcionaban a la perfección.
Con La vida de Chuck me pasó algo parecido. Es una película rara, en el mejor sentido. Está dividida en tres actos, pero en vez de ir en orden, empieza por el tercero, luego va al segundo y termina con el primero. Y lo curioso es que, incluso contada al revés, la estructura emocional sigue funcionando: hay planteamiento, desarrollo y desenlace, solo que vistos desde otro ángulo.
No quiero entrar en spoilers, porque esta es una de esas historias que se disfrutan más sin saber nada. Hubo un momento en el que, de repente, todo encajó y entendí realmente qué estaba viendo. Una sensación de que la película cambia delante de ti y cobra un significado completamente distinto.
Lloré, y mucho. Es una película que conectó con muchos de mis recuerdos personales. Hay una escena en la que un niño ve películas en VHS con su abuela, y me recordó a mi infancia. A cuando veía pelis con mi familia, y a cómo sigo haciendo eso con mis sobrinos. Pasarles las películas que marcaron mi vida, como Regreso al futuro, Dentro del laberinto o Star Wars. Ese gesto tan simple de compartir cine con otra generación. Creo que por eso me llegó tanto. Porque, sin contar mi historia, hablaba de algo que también es mío.
Tom Hiddleston está increíble. Tiene una energía tan cercana, tan cálida, que parece que el personaje se haya escrito para él. Hay momentos en los que lo ves bailar o moverse y piensas: esto es Hiddleston siendo él mismo, y aun así encaja perfectamente en lo que la película quiere contar.
La tienes en tu cine habitual.
¿Quién engañó a Roger Rabbit?
La recordaba mejor, la verdad. Me pasa casi siempre con esta película: tengo un recuerdo increíble de lo divertida que es, de su banda sonora espectacular, de la animación, los chistes, lo bien que encaja todo… y luego, al volver a verla, me empiezo a aburrir en varios tramos.
El concepto es brillante, eso no lo discuto. Pero hay algo en el tono que nunca termina de cuajar. A ratos parece una peli muy tonta para niños, y de repente se vuelve demasiado adulta, casi como si no supiera a quién quiere gustar. Me sigue pareciendo una gran obra por lo que supuso, por cómo mezcló mundos que nadie había unido antes. Pero como película en sí, más allá del hito que representa, se me queda a medio gas.
Hay otros experimentos parecidos, como Cool World o la nueva de Chip & Dale. Esta última ya la he comentado varias veces: me encantó. Y aunque claramente es una copia moderna de Roger Rabbit, me parece bastante mejor.
No sé, quizás me matéis por esto, pero siempre me ha parecido algo sobrevalorada. Eso sí: hay que verla al menos una vez en la vida.
El crack
Esta es posiblemente una de mis películas españolas favoritas de todos los tiempos. Película de detectives, cine negro con toques quinquis, transición, corrupción, y Alfredo Landa en un papel que podría ser perfectamente la antesala del John McClane de Jungla de Cristal. Un hombre al que apodan “el Piojo” y que él mismo dice: “Ya sé que tengo cara de gilipollas, pero me jode que la gente se fíe de las apariencias”. Y claro que no deberían fiarse, porque Germán Areta es un tío muy listo.
No es un héroe, no va de duro, pero cuando hay que apretar, aprieta. Se mueve por Madrid con cara de cansado, como si ya se lo supiera todo. Las calles, los policías, los favores. Nada le sorprende. Alfredo Landa está genial, sin gestos forzados. Solo con un plano de sus ojos ya te deja claro en qué punto está.
Garci dirige con un estilo muy sobrio, heredero del cine clásico americano (incluso referencia mucho de él) pero adaptado a la realidad española del momento. Hay una mezcla muy curiosa: tono de film noir con escenarios reconocibles del Madrid de la transición. Esa idea del detective clásico, pero rodeado de bares, menús de 2 platos con postre y café, y muchos, muchos coches SEAT.
La tienes en Prime Video
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