Hoy no hay introducción ni nada. Vamos al lío.
¡Ah! Y si te gusta lo qué hacemos, recomiéndanos, que no cuesta nada.
Campo de sueños (Película)
Siempre me ha hecho gracia la escena de Cómo conocí a vuestra madre en la que Ted les cuenta a Marshall y Barney que a Robin no le gusta Campo de sueños y su reacción posterior tan acertada. Me siento un poco como Ted en ese sentido. A mi chica tampoco le gusta. (Nota mental: Recuerda siempre hacer un test de películas antes de enamorarte; te ahorrará decepciones causadas por expectativas personales.).
Pero no me desanimo; esta película mola mucho. Sí, sé que la premisa es absurda: un granjero que oye una voz que le dice que, si construye un campo de béisbol en su casa, "él" vendrá. Pero, ¿quién es "él"?
Aunque pueda parecer una película más sobre béisbol, no lo es. Es una reflexión sobre las segundas oportunidades, los lazos familiares y la importancia de perseguir los sueños. El béisbol es solo un recurso metafórico para abordar temas universales como el arrepentimiento y la conexión con los seres queridos.
Si te gustan las historias que combinan emociones profundas con realismo mágico, o simplemente buscas llorar un poco, Campo de sueños es para ti.
La tienes en Filmin y SkyShow.
El Aprendiz (Película)
Esta semana vi El Aprendiz, la película sobre el ascenso de Donald Trump, y aunque no está mal, si me permites, quiero centrarme en algo que me llamó la atención y que a medida que sigas leyendo entenderás: su título.
En 2004, había un reality show en la NBC en el que un grupo de empresarios competía por ganar 250.000 dólares y un contrato para dirigir una de las empresas de Trump. El programa llegó a tener nada menos que 15 temporadas, contando en la última con Arnold Schwarzenegger como anfitrión y a su hijo Patrick como asesor. Casi nada.
Lo más curioso de este reality es que rescató del ostracismo a un Trump que, en ese momento, había tocado fondo. En el libro Lucky Loser, escrito por Russ Buettner y Susanne Craig, ganadores del premio Pulitzer, se comenta cómo los responsables del programa quedaron horrorizados en su primera visita a la Torre Trump: el lujoso y moderno edificio que esperaban encontrar resultó ser un gris y decadente espacio de oficinas con olor a moqueta mojada. El productor Mark Burnett tuvo que encargar decorados para hacerlos pasar por localizaciones reales de la Torre.
De hecho, el productor ejecutivo del programa, Bill Pruitt, detalla la cantidad de horas de edición necesarias para transformar a un Trump incapaz de hilar dos frases coherentes en el jefazo carismático que ves en el programa. Cada vez que aparecía en pantalla, lo hacía acompañado de un redoble de tambores, presentado como una especie de dios de los negocios que decidía quién seguía o no en el programa con su famosa frase: You’re fired.
Donald no se tomaba en serio el programa, a pesar de que Burnett le entregaba un guion para las decisiones importantes. Trump solía expulsar al concursante equivocado, generalmente al que mejor había hecho las cosas. El pobre Burnett acababa editando los episodios al revés, reconstruyendo todo después de que Trump decidiera quién debía ser despedido.
¿Pero qué tiene que ver todo esto con la película? Sencillo: coinciden en el título, y no es una casualidad. La película busca el doble significado del nombre mientras desmonta la narrativa de ese Trump genio empresarial, ese “maestro” del reality que, en muchos sentidos, era un personaje ficticio. El filme utiliza el reality como un espejo distorsionado para contrastar la imagen televisiva de Trump con sus acciones en la vida real, todo con una ironía muy calculada. Quizás esto sea lo mejor de una película que se va desinflando a medida que avanza.
La película, aunque pierde fuerza en su desarrollo, logra dejar una pregunta flotando en el aire: ¿cuánto de lo que vemos en la pantalla es real y cuánto es pura ficción? En un mundo donde la línea entre la realidad y el espectáculo es cada vez más difusa, El Aprendiz nos recuerda que, a veces, las historias que nos contamos a nosotros mismos pueden ser más poderosas que los hechos. Y eso, quizás, sea su mayor logro.
La tienes en alquiler en Filmin, Apple TV y Amazon.
Malena (Película)
Te voy a dar una sola razón para verla: Giuseppe Tornatore. Si eres de los míos y te encanta Cinema Paradiso, esta película no te defraudará. Es un retrato conmovedor y poético de la Italia fascista durante la Segunda Guerra Mundial, visto a través de los ojos de un adolescente enamorado de la protagonista.
La película explora temas como el amor, la virginidad, la soledad y la crueldad humana, pero todo envuelto en un relato que mezcla drama, comedia y nostalgia. Además, tienes a Monica Bellucci en uno de sus mejores papeles, interpretando a una mujer cuya belleza y misterio la convierten en el centro de atención de un pueblo lleno de prejuicios y envidia. La escena final se quedará grabada en tu memoria, aunque no quieras.
Solo por la escena en la que aparece Malena caminando por la plaza del pueblo, bajo las miradas lascivas y los murmullos de los vecinos, merece su visionado. Pocas veces verás una escena que transmita tantas emociones sin necesidad de palabras.
La tienes en Amazon Prime Video.
Por cierto. Hemos hecho un libro de curiosidades sobre cine que no puedes perderte. La verdad es que es una pasada. Imágenes a todo color, mogollón de pelis, recomendaciones, secretos del cine y Eddie Murphy, ¿Qué más quieres?.
Sala de profesores (Película)
Hacía tiempo que no experimentaba tanta tensión en una película, y todo ello utilizando un macguffin totalmente cotidiano: los robos en una escuela.
La trama se desarrolla en un colegio donde se están sucediendo una serie de hurtos, y nuestra protagonista, una profesora que está cubriendo una suplencia, no ve del todo correctos los métodos utilizados para descubrir al culpable.
Como he mencionado, a partir de una nimiedad se construye toda una historia que te mantendrá enganchado hasta el final.
Nominada en 2023 a mejor película de habla no inglesa en los Óscar, perdió frente a La zona de interés. Pero, ¿qué queréis que os diga? A mí me gustó mucho más esta.
Sus dos horas de duración no se hacen nada pesadas, eso sí: no te la veas antes de dormir, porque no te irás tranquilo a la cama.
Lo que destaca de esta película es su capacidad para generar tensión con un escenario aparentemente inocente, jugando con las emociones y percepciones de los personajes mientras nos invita a reflexionar sobre la moralidad, la autoridad y las relaciones de poder en un entorno tan cotidiano como es una escuela. Los giros inesperados y la evolución del personaje principal, que de alguna forma se ve atrapada en una situación de la que no puede escapar, le otorgan una atmósfera casi claustrofóbica que inquieta y atrapa al espectador.
El final es lo que más deja huella, con una resolución que no busca satisfacer al público, sino dejarlo pensando, cuestionando lo que acaba de ver. Y eso es algo que aprecio mucho en una película: que te quedes dándole vueltas a lo que acabas de ver.
La puedes ver en Movistar+.
Si has llegado hasta aquí, enhorabuena, este es tu premio por haber leído tanto.
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