
Este viernes te escribo desde la San Diego Comic Con de Málaga, donde intentaremos estrecharle la mano al gran Schwarzenegger, sacarle un autógrafo a Luke Evans y, por supuesto, preguntarle a Daryl Dixon cuándo piensa cortarse el pelo.
Y entre tanta estrella, también estaremos dando un par de charlas que pintan muy, muy bien.
👉 El viernes a las 20:15 en el Auditorio 3 nos encontrarás junto a Rafa Zabala, escultor y artista de VFX. Quizás su nombre no te suene todavía, pero seguro que has flipado con su trabajo: ha participado en Man of Steel, Infinity War o El Hobbit, entre muchas otras.
👉 El sábado 27 a las 20:30, en el mismo auditorio, nos metemos de lleno en un tema jugoso: clásicos, rarezas y excesos del terror y el gore. Y ojo, que lo haremos junto a Martín Canale y Franco Carlesino, auténticos cracks de la escultura 3D, los Messi del modelado de figuras. Sí, esas que cuando miras el precio te das cuenta que es necesario pedir una hipoteca para poder pagarlas.
Así que ya sabes: si te pasas por la Comic Con, ¡vente a saludar!
Vamos al lío.
¡Ah! Y si te gusta lo que hacemos, recomiéndanos, que no cuesta nada.
Una batalla tras otra (Peli)
¿Qué pasaría si mezclas El Gran Lebowski con un thriller político?
Pues que obtienes Una batalla tras otra, lo nuevo de Paul Thomas Anderson, que para mí entra directa al podio como la mejor película que he visto este año.
El pasado miércoles tuve la suerte de asistir al preestreno invitado por Warner. Y ojo al detalle: en la misma sala, a dos filas, estaban Almodóvar, David Trueba y Daniel Monzón… como si nada.
Pero vamos a lo importante: la peli.
Es una tragicomedia que se mete de lleno en racismo, armas y lobbies políticos, pero con un humor tan fino que te ríes al mismo tiempo que te incomoda. Las interpretaciones son brutales —no sabría con cuál quedarme porque todos están de diez—. La fotografía tiene planos que te dejan clavado en la butaca, y el montaje marca un ritmo frenético que no te suelta ni un segundo.
Y sin spoilers: la tensión del final es pura delicia.
Una batalla tras otra no necesita promo: es de esas películas que el tiempo la convertirá en cine de culto. Si hasta Spielberg ha confesado que la ha visto tres veces…
La tienes en tu cine más cercano.
El Vengador Tóxico (Peli)
Esta semana hemos tenido la suerte de colarnos en el preestreno y solo puedo decirte una cosa: es una absoluta locura. Ese humor absurdo y salvaje que recuerdas de joyas como ¡Agárralo como puedas! vuelve con fuerza (sí, ese tipo de comedia que ya casi no se hace, salvo el remake con Liam Neeson). Y créeme: lo necesitamos de vuelta.
No te voy a soltar spoilers, pero sí te adelanto algo: Peter Dinklage -sí, el mismísimo Tyrion Lannister- se convierte en un superhéroe mutante lleno de cicatrices, músculos radioactivos y mala leche. ¿Cómo narices pasa eso? Tendrás que verlo, porque la transformación es una auténtica ida de olla.
Dirige Macon Blair, un tío con estilo propio al que reconocerás por Blue Ruin o la joya indie Green Room (y que me apunto para recomendarte). Y aquí se luce, mezclando gore bestia con humor tan absurdo que te hace llorar de la risa. Hay tanto guiño al cine ochentero (Este muerto está muy vivo incluido) que parece un festival para cinéfilos frikis.
Si disfrutas del cine gamberro, del splatter cómico y de los superhéroes pasados de rosca, esta peli es para ti.
Si no… bueno, siempre puedes seguir viendo Disney+.
La tienes en tu cine más cercano.
Sorda (Peli)
Preciosa película que nos mete de lleno en la piel de Ángela, una mujer sorda que espera un bebé junto a su pareja oyente. El embarazo despierta en ella miedos frente a la maternidad y a cómo podrá comunicarse con su hija. La llegada de la niña desencadenará una crisis de pareja y llevará a la protagonista a enfrentarse a la crianza en un mundo que, claramente, no está pensado para ella.
A diferencia de la oscarizada CODA (que ya os recomendaré en otra ocasión), esta cinta no busca ser buenrollista ni victimizar a su protagonista. Para nada. Lo que plantea es una problemática que se abre en múltiples perspectivas: explorar las posibilidades de acercamiento entre sordos y oyentes sin caer en un paternalismo —tan común y muchas veces fruto del desconocimiento o la falta de interés—, y mostrar también cómo las personas sordas lidian con la frustración de vivir en un entorno que no les tiene en cuenta.
Entre sus momentos más brillantes, destaca el plano secuencia en el que Héctor (Álvaro Cervantes) prepara la cena mientras escucha música, y Ángela avanza desde su habitación hasta la cocina. Una aproximación que culmina en un baile cargado de significado: él oye la canción, y ella la percibe a través de él.
La tienes en Movistar+.
Redline (Peli)
Esta película de anime llevó a la ruina a uno de los estudios más legendarios de Japón: costó 30 millones hacerla porque su creador tenía una obsesión enfermiza con la perfección artística. ¿El resultado? 100.000 frames dibujados completamente a mano, sin una pizca de CGI cuando todos ya tiraban de ordenador. Lo que salió de ahí es una obra maestra. La experiencia visual más loca que vas a ver jamás.
Si Speed Racer la hubiera dirigido alguien absolutamente obsesionado con la perfección, eso sería Redline.
La premisa es sencilla: una carrera llamada Redline en la que todos los pilotos sueñan competir. Pero ojo, no es una carrera cualquiera: aquí vale todo y es a vida o muerte. Añádele mafias, un país autoritario que quiere prohibirla y una animación tan salvaje que no sabes ni dónde mirar… y ya tienes la película más estimulante que hayas visto nunca.
De hecho, es imposible verla leyendo subtítulos, porque tiene un ritmo infernal.
Aunque no está en plataformas, no te preocupes que puedes verla gratis en Youtube con subs o sin subs.
Por cierto. Hemos hecho un libro de curiosidades sobre cine que no puedes perderte. La verdad es que es una pasada. Imágenes a todo color, mogollón de pelis, recomendaciones, secretos del cine y Eddie Murphy, ¿Qué más quieres?.
La peli que no te recomendamos
Agárralo como puedas 2 1/2: El aroma del miedo
Qué rabia da cuando la secuela de una película no está a la altura de la primera. Y eso es justo lo que pasa con este clásico de Leslie Nielsen: sí, está lleno de humor absurdo… pero del malo, del que ni al día siguiente te saca una sonrisa. Es un humor tan simplón que a veces hasta duele a la inteligencia.
¿Veces que me reí de verdad? Dos. Y estamos hablando de una peli de hora y media. Se me hizo densa, y eso que iba con cero expectativas, porque ya sabemos que las segundas partes rara vez están a la altura. Pero lo de esta secuela es de otro nivel.
El villano no tiene ni una pizca de carisma; comparado con el de la primera, parece una caricatura mal hecha. Y el personaje de Nielsen es tan exageradamente tonto que cuesta verlo. La gracia en la original era que Frank se creía más listo de lo que era; aquí parece directamente que le han hecho una lobotomía. Solo diré que las meteduras de pata del principio, en la escena de la mesa, dan más vergüenza ajena que risa.
En fin, si aun así quieres revisitarla, la tienes en Netflix, Movistar+ y HBO Max.
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