3 Rayos, 6 Muertes y Una Película Maldita
Esto pasó durante el rodaje de 'La Profecía' y nadie lo cuenta

Siendo Halloween como es, me veo en la obligación de preguntarte algo:
¿tú crees en las maldiciones?
No me contestes todavía.
Primero déjame contarte lo que pasó durante el rodaje de La Profecía.
Y te aviso: esto no es ficción.
Es casi como si el mismísimo diablo hubiera querido detener la película...
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La Profecía fue un éxito brutal en 1976. Su protagonista, Gregory Peck, aceptó el papel intentando superar algo devastador: su hijo se había suicidado dos meses antes. Quería sanar a través del cine.
Pero lo que vino después fue mucho más oscuro de lo que nadie podía imaginar.
Cuando Peck volaba rumbo a Londres para empezar el rodaje...
su avión fue alcanzado por un rayo.
Y espérate, porque la cosa se pone peor:
El avión del productor Mace Neufeld también fue alcanzado por un rayo.
El del guionista David Seltzer, igual.
Y el productor Harvey Bernhard casi fue alcanzado en persona por otro rayo en Roma, y tan asustado quedó, que desde ese día llevó una cruz durante todo el rodaje.
Tres aviones. Tres rayos. Tres personas.
Coincidencia o aviso.
La producción había alquilado un avión privado.
Gregory Peck iba a volar en él, pero por un retraso decidió cancelar el viaje.
El avión despegó de todos modos, con otros pasajeros.
Poco después... colisionó con una bandada de aves, cayó en picado y se estrelló contra una furgoneta.
Murieron todos: los pasajeros del avión y las tres personas que iban en la furgoneta. Pero aquí viene el giro macabro que no te esperas: esas personas de la furgoneta eran la mujer y lo dos hijos del piloto.
Y aún hay más.
El director Richard Donner estaba alojado en un hotel de Londres cuando fue colocada una bomba del IRA en el edificio (aunque no llegó a explotar).
El productor Neufeld, por su parte, tenía pensado comer en el restaurante Scott’s Oyster aquel mismo día. A última hora decidió no ir.
El restaurante fue destruido por otra bomba del IRA.
Cuando el rodaje terminó, todos respiraron aliviados.
Pensaron que la maldición se había acabado.
Pero no.
John Richardson, encargado de los efectos especiales, sufrió un accidente de coche junto a su asistente Liz Moore.
Ella murió decapitada en el impacto.
Sí, decapitada.
Justo como en una de las escenas más famosas de La Profecía.
La película hablaba del Anticristo, del satanismo, de fuerzas demoníacas…
Y mientras se grababa, tres rayos golpeaban aviones, bombas estallaban, aviones se estrellaban, y varias personas morían.
Los productores juraron que el diablo estaba intentando frenar la película.
Y aún así… The Omen recaudó más de 60 millones de dólares en EE. UU., sobre un presupuesto modesto de 2,8 millones.
Fue la quinta película más taquillera de 1976.
Peck aceptó el papel por un bajo salario más un porcentaje de taquilla — al final fue su mejor ganancia.
Y en marketing, se jugaron fechas como el 6/6/76 para reforzar el aura maldita.
¿Tú qué crees?
¿Coincidencia o maldición?
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